Cuando pensamos en agregar un espacio más en nuestra vivienda, una tarima exterior siempre es una idea llamativa y más que agradable. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunos elementos para que nuestro proyecto pueda ser aprovechado al máximo y que no termine quedando en desuso.
Si la ubicación que pensamos que va a ser la adecuada es demasiado soleada o sombría, la tarima exterior terminará sin utilizarse dado que no cumplirá con su función. Por esa razón, uno de los primeros elementos que tenemos que tener en mente es la orientación de nuestra casa.
En segundo lugar, no debemos elegir un lugar que se que de paso para ir de un ambiente a otro, o bien en la entrada del hogar dado que no servirá como descanso. Una ubicación correcta para ubicar la tarima exterior puede ser aquella que no soporta demasiado movimiento de personas, ni tampoco obstruye la circulación natural hacia el exterior. De ser así, es mejor elegir otro lugar más apartado.
Obviamente, si se dispone de buenas vistas, ya sea hacia un lago, hacia un bosque, no hay que perder la oportunidad de sacarle provecho, ubicando la tarima exterior con vistas a ese objetivo. En estos casos la vista reemplazaría a algunas de las consideraciones anteriores.
Sin que eso quite lo sombrío o caluroso. En el caso de que el proyecto esté pensado como un sector de recreación para chicos o para comer, habrá que entender que la superficie tendrá que ser mayor, y en consecuencia el costo será más elevado y la estructura más compleja. En contraparte, si está muy cerca de una circulación, se pueden generar bahías que sirvan como un pequeño sector de relax.
Elija entre tarimas de madera, maderas exóticas como el ipe o la reciente tendencia de bambú, tarima exterior sintética también conocida como tarima composite o tarima tecnológica